Existimos aquí justamente.
Como dos estrellas gemelas.
Habidas de sentimiento y fragilidad, de luz y tiempo.
La fragancia del viento se dispersa.
Suavemente entre todos los cielos de nuestra vida.
Y siempre tú y siempre yo.
Hasta donde el firmamento se confunde con el horizonte.
Cuántas cosas, cuántos sacrificios y cuánto sentir?
Madurando a cielo abierto, ilusión de algún vivir.
Sembrado en los días compartidos.
Y recuerdo de que el ocaso dio a estrella tan hermosa.
El brillo de tu sonrisa.
El radiante esplendor de tu mirada tan filigrana.
Y he vivido de encender luces.
Allá donde mi Señor me ha permitido tocar el fin del universo.
Y lo sabes y lo sé.
Y lo creó y lo crees
Tan solo hoy y mañana va.
Y en cada suspiro de mi alba.
¿Y qué quién dice que no así?
De cuando en cuando se le hace a uno un nudo en la garganta.
Y hasta diviniza tus ojos.
Del brillo de la más sutil de las lágrimas.
Lo de todos aquellos que sentimos la felicidad y el dolor.
El calor y el excitante fulgor.
De un día más en tu presencia.
De un día más que te arrulla.
Y cobija de aquella esencia.
De nuestro destino.
De esta presencia tuya.
¡Te Amo!
Efraín Adrián Villalobos López -México-
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