DÍA … NOCHE

hoy en este momento hay y existe mucha felicidad entre ellas
que son maravillosas hermanas siendo la noche y el día,
junto a sus hijos e hijas compañerismo, camaradería, hermandad
lealtad, aprecio, afecto, devoción, apego, inclinación
y la mayor y mejor,
amistad.

siendo lo mejor en suceder en su existir
por contar con su mano amiga sabiendo que donde estés
te recuerda,
porque encontrar a alguien con quien poder compartir, llorar, hablar,
ese saber que hay alguien que se está preocupando por un ser alma y cuerpo
lo mejor que sucede al encontrarse una verdadera hermandad entre ellas e hijos.

en el día y la noche junto a sus familiares
ese verdadero compañerismo no crece por la presencia de las almas y cuerpos,
sino por la magia de saber que, aunque no la ves la llevas
en el corazón
siendo muy bendecidos por el Supremo a cada uno
de los existentes hoy aquí.

camaradería no es recibir es hoy dar, no es malograr
es incentivar,
no es decrecer es creer, no es criticar es apoyar,
no es ofender es comprender
no es humillar es defender, no es juzgar es aceptar,
no es olvidar es perdonar,
en la noche y el día la amistad es simplemente amar.

porque ese verdadero amigo viene a tiempo,
los demás cuando su tiempo se los permite
recordando y reflexionando en todo mi ser que, estando juntos,
esos pocos segundos del minuto en la hora de hoy
por nuestra hermandad se nos hace una eternidad
al compartir,
estando juntos como hermanitos que somos.

logrando calentarnos por el frío que hay y sonreímos
por la posible tristeza
siendo uno par el otro ese maravillo ángel necesitado,
en su momento,
porque la verdadera lealtad
es como la fosforescencia resplandeciente cuando todo se, oscurece.

teniendo presente hoy
que el verdadero aprecio está con quien a tu lado está acompañándote,
en ese momento del día o noche que se necesite
a pesar,
de que ya no tienes nada que ofrecer, salvo su compañía
porque nada tiene que ver con quienes llegaron sin importar la distancia,
ya que nunca se fueron de tu vida al ser ellos esos amigos verdaderos
como ser humano con alma y cuerpo.

Alejandro Madriz Martínez