Madrigal encantado
que me traes en la boca de la noche
el beso de una rosa y su polen.
Me invitas a buscar nuevos amores
en las sombras sin luz donde te escondes.
Eres lanza en mi pecho
que Cupido lanzó a las estrellas,
ahora lluvia de abril
que me recuerda que no estoy aún muerto.
Un perfume me traes desde lo lejos.
JUANITO ÁLVAREZ
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