Es una princesa,
que tiene un gato,
y esta no cesa
hasta tener un retrato,
de ambos, en señal de amor,
y que a su pueblo, le mostrase un honor,
hacia todas las mascotas,
que como ella, los había en cuentagotas.
Muchos, cuando llegan las vacaciones,
los abandonan sin atender a razones,
que cuando han estado enfermos, los han acompañado,
y en sus malos momentos, nunca les han fallado,
pero como les estorban para viajar,
optan, por lo más sencillo, que es abandonar,
en lugar de refugiarlos
y después recuperarlos.
Esta princesa, a menudo,
abandona lo que es su mundo,
dedicando a aclarar,
que las mascotas, se han de cuidar,
abriendo para las mascotas, un asilo,
pero con mucho sigilo,
pues su padre no estaba a favor
de que los animales tuviesen este honor,
antes que cualquier ser humano,
del cual poder coger de la mano.
Pero la reina le daba el visto bueno,
pues personas y animales,
serían parte de su reino,
y cuanto más viesen su humanidad,
antes verían la realidad,
de que el país unido,
jamás sería vencido,
no solo por una potencia extranjera,
sino de donde fuera,
incluyendo la interior,
que quisiese aportar terror.
Cuando reina fue coronada
por todos era estimada,
pues con trabajo y orgullo,
el pueblo se hizo suyo,
solo con pequeñas anécdotas,
e instruida por poetas,
que le dieron esa garra y ese brío
que disfruta, con los animales,
todos los estíos.
Como el gato era inquieto,
no paraba quieto,
difícil de retratar,
lo tuvieron que sedar.
JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-
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