Aquella que camina junto a mí: ciega, muda, sorda.
Aquella que sentada al pie de mi sombra: habla, grita, calla.
Aquella cuyo bosque bendito se entrelaza con la marea
de una lágrima.
Aquella que dormita en el árbol torcido de la montaña.
Aquella mujer que desciende de la raíz cuadrada de un
sueño.
Aquella, idéntica a la suma de un racimo de luz
a través del arco iris.
Aquella, que mira ciega, muda, sorda;
habla, grita, calla;
discrepa, ríe, sentencia,
besa y te ama.
Isabel Rezmo
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