viernes, 7 de julio de 2017

REGRESO


Esa noche, triste
las gotas de lluvia
golpeaban inmisericordes
contra su cuerpo deshojado.

Se miraba en los charcos
con la promesa
de la derrota,
de unos ojos sin lágrimas.

Cabizbajo, no sabía
que la sinrazón iba de su mano
y que él solo era el espejo
de sí mismo.

Llegó a un rincón lleno de luces
compuso su mejor sonrisa
y, dejando escapar los restos de melancolía
supo que no era tan difícil regresar a la vida.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

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