viernes, 7 de julio de 2017

ECOS EN UN LUGAR DE TERNURA


Tu ángulo es un lugar de ternura.
El tiempo se quedaba a pesar de los ecos.
Sí, los ecos.

Cayendo de los árboles
podías ver el espejo dentro de un Invierno.
Imposible pero cierto:
la voz destruyó los hechos.

Demasiado pronto, demasiado amanecer.
Nunca una cuestión,
pero siempre preguntándote
si los cielos guardaban el nombre
de tus nubes plateadas.

Y otra vez los ecos.
Y otra vez el Invierno.

Pero recuerda,
en silencio,
tu ángulo es un lugar de ternura.                                  

Beatriz Pérez Sánchez -Barcelona-
Publicado en La Naúsea

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