La poesía puede
hacer sonreír
aún mismo cuando
fluctuamos
en tristeza.
La poesía nos comunica
con los dueños de palacios
aún mismo cuando es hecha
dentro de una choza
o bajo un árbol.
¡Viva la poesía que niega
el fin del mundo
y consuela las lágrimas
de quien ha perdido el rumbo
del resto de la Tierra!
Teresinka Pereira -Brasil-
Publicado en la revista Oriflama 30
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