Ya no,
no quiero la pérfida costilla,
arrójala al patético vacío,
que ya hice demasiado daño
desde que fuiste chiquilla,
y llantos en océano río.
Desde la aurora de los tiempos,
anduviste perdida a mi tiento.
Libérate de mí que porfío
porque seas tú como único remedio.
Que no hay más misterio
que ser mujer con todo brío
y los cabellos al viento.
No, ya no quiero la costilla
no la quieras y brilla
los cabellos al viento.
PACO VELÁZQUEZ -Cádiz-
Publicado en el blog ojosdeluna-pacovelazquez
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