Un golpe de tu dedo en el tambor descarga todos los sonidos e inaugura la nueva armonía.
Un paso tuyo, es la leva de los hombres nuevos y el comienzo de su andar.
Tu cabeza se mueve: ¡el nuevo amor! Tu cabeza se vuelve - ¡el nuevo amor!
“Cambia nuestras suertes, criba nuestras plagas, comenzando por el tiempo”, te cantan esos niños.
“Eleva, no importa dónde, la sustancia de nuestros destinos y de nuestros deseos”, te imploran.
Llegada desde siempre, irás por dondequiera.
ARTHUR RIMBAUD -Francia-
Publicado en Fuegos del Sur
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