Cuando alguien tan solo lograra
borrar las estrellas del cielo,
que encierre en un cofre mi alma
o que atrape en las noches mis sueños.
Cuando las últimas luces del día
no le pinten los pies al ocaso,
y que éste con arrebatos de ira
no mantenga a la luna en sus brazos.
Cuando las nubes exhaustas acaso
no trasladen al río sus lluvias,
y las aves por fin sientan rechazo
hacia el viento que a sus alas impulsa.
Cuando el sol con sus cálidos rayos
no derrita las nieves de invierno,
y el amor sumido en fracasos
disfrute quemarse en llamas de avernos.
Cuando alguna de estas cosas suceda
o todas juntas si prefiere el Supremo,
si mi corazón sin sangre se queda
¡ni aun así negaré que te quiero!.
Ramón Pablo Ayala (Argentina)
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