Considero por mi parte advertir al lector sobre esta nueva e interesante novela, cuyo tronco narrativo brota de una complicada operación-secuestro, que tiene como escenario el Peñón de Gibraltar, donde un complejo equipo de profesionales agentes secretos tienen que lograr la caza y rapto de un importante contrabandista de armas, de aquí la advertencia, que dicha aventura no tiene en absoluto nada que ver con el conflictivo y esperpéntico sainete que soportamos entre la España tardofranquista actual y la rubia Albión de siempre.
La reciente emocional novela de John le Carré 'Una verdad delicada', es nada más y nada menos que la vuelta del ejemplar maestro del espionaje de suspense y político con intriga de resultados sorprendentes que impregna de contenido toda la narración. Siempre acompañada de la exposición crítica sobre los oscuros comportamientos y chantajes de los lóbregos manejos en la vida política actual. Con pericia y maestría de un clásico discurre esta novela de altura moral y ética en la que se descorren cortinas para mostrar el oscuro campear de las alturas políticas.
El desaparecido Muro de Berlín es solo un recuerdo que nos puede trasladar a aquel 1963 cuando El espía que surgió del frío, toda una obra maestra que lo elevó al estrellato, que también llevada con acierto el celuloide. Y recordar una visita a Berlín, fingir vivir, aquella noche de frío y niebla cuando el americano ofrece al protagonista Leamos otra taza de café, al mismo tiempo que invita al personaje se vaya a descansar. En este espacio inquieto y preocupante la lectura de Una verdad delicada provoca expectación e inquietudes expansivas. Todo debido a que en la narración se plantea una pregunta crucial: ¿Hasta dónde puede llegar en una aparente defensa de Occidente el oscuro mundo de los servicios secretos, en este caso el Foreign office? Siendo esta la reflexión que se expone y desde la que se obliga a la reflexión sobre esa encrucijada entre verdadero y no menos oscuro protagonismo de la compleja realidad en el mundo de la política internacional.
El caso trata de una inminente operación clandestina en la colonia de la Corona. Según los estudios realizados, solo había un peñón en el mundo que cumplía esas necesarias condiciones, la ideal para esta embarazoso y arriesgado quehacer organizado “por militares británicos dados de baja del ejército sin uniformes, y mercenarios estadounidenses legalmente inmunes” Pero al parecer, el principal protagonista y narrador de la historia conocido por Toby, que igual a todos los del equipo desconocidos unos de otros, ha recibido una sólida preparación programada por el Foreign Office calculando los accidentes que puedan suceder en el desarrollo de la aventura, pero el dilema brota cuando el protagonista tiene que decidirse entre lo que dicta su propia conciencia y el deber ante su ministro. Aquí el transcurso narrativo nos irá mostrando un análisis conmovedor y provocador, igual que no menos peligroso, cuando se trata de eliminar agentes que tras el trabajo realizado pasado un tiempo, se han podido convertir en testigos molestos para ese entresijo de los altos poderes del Foreing Office, y, se pueda plantear la necesidad de hacerlos desaparecer al no aceptar el juego sucio por no ser fieles a su ministerio sino a su conciencia.
Los tiempos del espionaje tras la caía del Muro de Berlín han cambiado, el famoso Smiley es un pasado, aunque si catálogo de experiencia para el propio le Carré, que se siente poseído del natural desencanto y frustraciones en que vive y se desvive la sociedad, que sumado al examen de conciencia de ser o no ser, que incansablemente golpea a cierto personaje quien pasado unos años repasa lo sucedido y su participación, en aquella especial operación, cuando se conoce que ha habido víctimas inocentes. Situación que lo lleva a desvelar con tenacidad y riesgo de su propia vida y la de otros compañeros, intentando desentrañar y desvestir, esa oscura política sin contemplación alguna, teje y maneje, de los interiores de la política internacional. Tengamos en cuenta que le Carré perteneció a los servicios británicos de inteligencia en aquellos tiempos difíciles de la Guerra Fría. Contando con medio siglo dedicado a la literatura con un número de novelas ejemplares. Y nuestro hombre narrador de la historia, Toby, influido por su autor, también se sitúa en contra de lo falso y lo ficticio, frente a todo “el virus, la hipocresía, las mentiras y la codicia sin límites que asola el mundo en la actualidad con esta nueva Guerra Fría”, que él no acepta ni desea servirla al considerarla demasiado cruel y corrompida en las alturas. Y que los posibles brillos de una victoria, por la falsedad que encierra en sus interiores, cuando se conocen dan paso a la frustración. De manera que le Carré ha vuelto con esta novela a mostrar su florido talento y maestría logrando provocar en el lector un justo aplauso solidario.
FRANCISCO VÉLEZ NIETO
Publicado en Mundiario
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Hace 1 día

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