domingo, 27 de octubre de 2013

SUPERFICIES

El aroma a café con que renazco
cuando saltan las gotas de los trinos.

El abejeo del amanecer
entre cortinas y pocillos.

El damasco estallándome en el patio
desde el árbol copioso del vecino.

El cura -¿sin sotana?- por el barrio
(su bocinazo esquivo).

Quizá una bicicleta meciéndose en la senda
que desteje los yuyos del baldío.

El sobre aún por rasgar del poeta de Córdoba
merodeador de copas y corpiños.

El rumor de tu pelo por la casa
entrando en mí como un rocío.

La hoja yerma invocando
la catártica lluvia de los tipos.

Y tantas otras cosas
que hacen del alma un puro instinto.

Vivir sin penetrar las superficies:
qué profundo ejercicio.

Del libro Sin pena en la palabra de Osvaldo Guevara 
Publicado en el blog cenicientademendigos

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