con su magia
y de tu voz
surgió la luz
que puso alas a mi alma.
De tus ojos
nacieron ruiseñores
que unieron tu piel
a la mía.
Una ráfaga de amor
nació para ti
desde mi pecho
cuando tu sonrisa de primavera descalza
se extendió, hermosa,
desde tus labios
hasta mi piel.
Y a mi corazón en sombras
le nacieron crisantemos y golondrinas
que llevaron
el perfumado fulgor de tu nombre
hasta mis labios.
Ahora mi boca está dulce
por el enamorado fulgor
de los crisantemos
y los apasionados arpegios
de tu voz.
VÍCTOR DÍAZ GORIS -República Dominicana-
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