viernes, 25 de octubre de 2013

CEFERINO

Ceferino toma vino por última vez,
el vino pone la piel de hojaldre.
¡Se descascaran los muros! Las iglesias

(raspaba con las uñas
para llevarse la campana).

La casa nuez partida en la mesa con el martillo y el talón…
Ahora justo ocurren los sueños.

Hermano del pan y hermana sal en el agua,
con la fuerza del secreto
del Latido.

Ceferino,
ahora su cuerpo descansa en el jardín,
y se diluye en las flores
como pan en el agua.

Ceferino
la señal de la cruz
frente a los árboles y
frente a los ríos,
y frente a cada iglesia débil
de vida creadora, frente al nido de un hornero,
frente al agua estancada,
¡El aceite que brilla en el agua!
¡Agua en el aceite que nada!
¡Los ojos del plato se cierran!
¡Los muertos se recuerdan en el agua!

Y dijo:
Algo para el día
Algo para lo que dura tu vida
Algo para la eternidad

Del libro “Para el lado de las cosas sagradas” de Martín Rodríguez -Argentina-
Publicado en la revista Estación Quilmes

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