miércoles, 4 de septiembre de 2013

DESTINO PAÍS

Mi vertical de hombre se inclina​
ante el ofrecimiento de un cuerpo de niño​
cuerpo inocente frente a un mundo hecho de espinas​
cuerpo de niño visitado por las sombras y el deseo acre de los muertos​
por la avidez mísera de los vivos​
por la indolencia disfrazada de clamor solidario.​
El abismo del hombre se ha ensañado con esos cuerpos de niño​
con esos ojos sin aliento​
con esos rostros habitados por el pasmo y la sal.​
Quién puede ser feliz frente a esta avalancha de epitafios y maderas de pino,​
frente a esta melodía de la nada obstinada con la vida más pura.​
Quién puede ser feliz ante el horror de la cal y el imperdonable solfeo de tardíos planes de rescate.​
Quien puede ser feliz frente al perplejo desquicio del bien y el mal​
frente a esos cuerpos de niño ofrecidos al suplicio y al espectáculo​
de un país sin destino de niñez​
sin vertical de hombre​
sin remordimiento alguno por haberse devorado​
la vida y el futuro más urgentes.

​Conrado Yasenza 
Publicado en la revista Molino Rojo y Fernet

No hay comentarios:

Publicar un comentario