domingo, 30 de junio de 2013

¡DESPIERTA!

Si al despertar tu póstumo coraje,
 ya cerca del final irreversible,
encuentras en tu arteria irrepetible,
la fibra de tu místico engranaje;

y ya estando yacente, tu ropaje,
de un antiguo valor inextinguible,
levantas ese puño indestructible
ajeno a todo signo del ultraje;

pues si debes morir, tu fiel cordaje
elevará hacia el cosmos tu celaje
que fuera prisma y luces de tu estío.

En el postrer suspiro, virtual  tatuaje,
dejarás como emblema tu voltaje.
¡Tu canto irá a enrolarse con el mío!

Rodolfo Leiro
Publicado en la  revista Nevando en la Guinea 33

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