viernes, 28 de junio de 2013

MADRUGADA

Su santo y seña, mi vida y mi cordura.
Su espíritu y su Dios sobre mi espalda.
Su llanto y su veneno, mi condena
y aquel delirio, fugaz, en madrugada.

Aunque sigan callando tantas voces
sabré salir, de frente, a la tormenta.
Tu adiós hablará de mi locura
cuando el sol salga, fugaz, de madrugada.

Gonzalo Salesky
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 33

No hay comentarios:

Publicar un comentario