¿Quieren que nos callemos? ¿Desean y predican las mayorías silenciosas y aborregadas? ¿Buscan conseguir que estemos pegados a las televisiones, embruteciéndonos y dejando el mundo en sus manos? Apañados van.
Quienes pretenden todo eso ignoran que la inteligencia no permite que haya barreras ni prisiones, ni consiente que las mordazas se impongan a la palabra. La cultura no se combate con censura y policía, aunque ellos lo piensen así. Las mayorías silenciosas –esas que ellos aplauden sonrientes – son, sin embargo, peligrosas, porque la voz crítica se escucha con más nitidez y provoca ecos que amenazan con destruir al Sistema.
Ante la prepotencia del Poder, la insumisión civil. Nadie tiene derecho a callar a nadie si no es con palabras y razones. ¿Censuras? Las hay. ¿Torturas? Las está habiendo. ¿Dónde nos quieren llevar? Orwell adivinó el futuro y nosotros estamos a tiempo de evitarlo, con nuestros actos y nuestra presencia, con el grito y el razonamiento.
Francisco J. Segovia -Granada-
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Hace 20 horas
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