Uno siente la soledad trabajando
a las puertas del mundo.
Es lo que hay donde no hay tierra
y solo universo.
Canta el poema
sin nadie a la vista, y a lo lejos abre
puertas a ver.
Está en vuestras manos
y adentros como un caballo perdido.
Del interés al olvido por los temblores
que me arden, la imposible ausencia.
Soledad con sus noches al hombro
cargadas de río o caminos,
de silencios que buscan ruidos,
lugares del otro lado.
Soledad
que nadie oye escribir
y a la que luego asisten.
JUAN RISUEÑO LORENTE
Publicado en el facebook poetasandalucesdeahora
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