y hombres también. Extraña es la belleza,
todos juzgan tenerla y, con franqueza,
tal vez nunca la vieron en sus vidas.
Hay belleza de piel, cuyas medidas
no cruzan el dintel de la corteza;
y la hay de intimidad, de gentileza,
emergiendo entre ideas encendidas.
No es fácil transponer la divisoria
que separa ambos mundos, y la gloria
del encanto será para los menos.
Para quien toca un alma con la suya,
y para quien entre la turba intuya
los pocos sólidos, perfectos senos.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -Los Ángeles-
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