viernes, 1 de marzo de 2013

JORGE LUIS BORGES EN UN PROSTÍBULO DEL SUR


Con su cara de maldito y sus ojos de leopardo
extranjero,
el poeta entra a un prostíbulo del sur de Chile;
nadie lo acompaña esta vez,
ni profesores, ni damas extravagantes,
es El con su libido y su cruz.

Vino de incógnito a Chile con el único objetivo
de
hacer
el amor,
ni poemas,
ni conferencias, sólo sexo,
el gran sexo del sur chilensis,
con hembras como fantasmas
que salen de sus bolsillos ingleses,
es El.

Con el dinero de su amante y piernas
que tiemblan,
compra a hembra chilena y bailan el único
bolero antes
de ir a la cama,
Borges tiene hambre,
ingresa con mujer mapuche al nervio,
sólo al nervio, dijo.

Y comienza a volar por el dormitorio y sus
enanos vuelan
también;
la mujer llora desconsolada
Porque Borges la ha penetrado, es Borges!,
la habitación se mueve
y los huesos atraviesan el local
y todo el sur con el nombre.

Del libro “Tardes extranjeras y otros poemas” de Aristóteles España -Chile (1955 – 2011)-

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