OLVERAOlvera sube al castillo,
Olvera baja hasta el río,
Olvera sube y baja,
baja o sube, buscando un amigo
que en las noches de luna clara
le cante un cante por siguiriyas,
fandangos, soleares o bulerías.
La guitarra suena en la sierra.
La guitarra le dice a Olvera
con notas de bulliciosa alegría
que siendo hermosa como ella
no tiene que sentirse ofendida
porque haya gente ingrata
que no se atreva a soñarla.
Olivares de verdes ramas,
olivares de tronco viejo,
olivares a la sierra sujetos,
olivares que son tu vida y tu pan.
Siempre despiertos,
siempre vigilantes,
tu castillo y tu iglesia,
para que ningún caminante
pase sin darte un largo beso.
Suenan las palmas,
los tacones suenan,
de tu mujer serrana,
que te baila y te canta
para que nunca te duermas,
Olvera, en la reja de su ventana.
JOSÉ LUIS RUBIO
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