POEMA

SETENIL

Entre peñas, bajo las peñas,
que rezuman agua,
agua parda,
que ennegrece su río,
río estrecho, de caudal escaso,
Setenil busca senderos
que le alejen y le acerquen
de su dura y monótona vida.

Sola en su soledad inquieta,
Setenil busca escaparse del tiempo
dando un salto en el vacío,
desnudándose ante el caminante
que a solas se enamora de su perfil
pintoresco, único y se lleva
la imagen en su retina viajera.

Sola está su torre, abierta
a solas, aguas y vientos.
La iglesia toca a muerto
y la soledad de la torre
se hace triste y dolorosa
porque esa campana,
de la iglesia amiga,
algún día llorará su muerte.

Setenil de las Bodegas, ni viñas,
ni bodegas, ni encinas,
crecen en tus campos;
unas se secaron al sol,
otras se talaron en la sombra.
Setenil, pueblo blanco,
increíble y fantástico
que se hace inolvidable.

JOSÉ LUIS RUBIO