jueves, 29 de noviembre de 2018

SIN SENTIDO ESCONDIDO


Sin complicaciones en esta tarde sombría, igual que otras tardes,
apelo a la memoria de mis palabras sin clave, sin sentido escondido,
para enviarte jardines y girasoles, lluvias leves y tulipanes, un poema,
siento que cada palabra tiene adornos, globos rojos, cintas, rosas,
que flotan alegres al capricho de tu risa;
escaso de frases que pocos entienden pero que las viven, hoy,
te describo de la única sencilla forma que encuentro: eres especial;
tal vez no seas perfecta, no me importa, sólo me preocupa a veces,
que no comprendas que este hablarte así, complicado, es decirte al
oído la serie de eventos que creaste desde que te conocí, bonitos,
poco comprensibles para mí al comienzo, que se fueron acumulando,
uno a uno, hasta impulsarme a mostrarte en cada poema;
hoy, no quiero encontrarme con cosas que no entiendas, mi amor,
quiero definir de una manera simple lo que me atrae de tu persona,
tus movimientos, tu forma de caminar, la forma cómo sonríes,
quiero ser claro, no confundir a nadie;
por primera vez, no quiero que rebusquen entre mis frases el código,
me gustaría decir dos o tres oraciones que, claramente, hagan mención
a lo que siento, sin dudas, sin que digan que no existes, que sueño,
que sólo eres un ideal que me persigue desde hace años;
estoy seguro que, si no existieras, continuaría pintando cuadros sin
forma, abstractos, ambiguos, un demoler de edificios para encontrarte,
despejar nubes para verte, romper puertas para contemplarte;
tal vez exagero, pero quién no lo haría si sintiera lo que yo al verte,
al escucharte, cuando llamas y tu voz lo borra todo, cuando sonríes,
cuando bailas para mí alguna pieza que te gusta, o la cantas en un
idioma que no conoces y que intentas repetir sin lograrlo;
hoy, quiero ser simple y claro, sin pasajes secretos ni ecuaciones,
mi mundo se creó desde tu llegada, borraste antiguos dolores y penas,
fueron desapareciendo con los años junto a ti, siempre te espero,
a veces fraudulento tus viajes que no son más que despedidas diarias,
idas a tus faenas, viajes míos, pero las vivo así, como si te fueras,
días, meses o años, es que cuando te vas, te llevas una parte mía,
mi alma, mi corazón, mi vida, casi todo.

Del libro Un amor en noviembre de Gustavo García Soto

No hay comentarios:

Publicar un comentario