Habrá la forma o manera de curar
o sanar a un corazón roto.
Un corazón herido por la traición,
roto por el desamor, que una vez fue amor.
Un corazón roto, que llora cada día,
la pérdida de ese amor, que entregó en cada latido.
Latidos que ahora son triste y pausado,
por las heridas tan profundas que le provocaron.
Un corazón roto, que ahora solo tiene recuerdos.
Sí, solo recuerdos que le hieren más y lo hacen llorar.
El recuerdo de aquellos besos que lo estremecían,
que eran besos apasionado que lo hacían enloquecer.
Son ahora latidos lentos y pausados, que duelen.
Cada latido ahora es un dolor que hace brotar sangre.
Ya no hay alegría, ni emoción en él, es un corazón roto.
Ya no hay deseo, ni pasión en su interior.
Un corazón, que una vez tus manos acariciaron,
con cada roce de tus manos que tocó mi cuerpo.
Tuvisteis en tus manos mi corazón, te lo entregué.
Sin embargo, no supisteis entenderlo y apreciarlo.
Un corazón roto, con heridas profunda,
que no sé si algún día habrá alguien, que lo pueda sanar.
Solo sabe mi corazón que una vez te amó.
Se entregó por completo y que te hizo el amor.
Edwin Ayala Sánchez
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