-Sólo la nieve-
sólo la nieve, que de tan blanca, parece azul,
la nieve que tan bien conozco y admiro;
ese misterio de pureza impregna mis sentidos.
Sólo su esperma inaugural derramado
con generosidad sobre un pueblo, ya de por si blanco;
en incentivo espesor de sus cristales
que descubrí entre los libros,
queriendo competir con la bandera blanca y verde
de este bello pueblo llamado:
-Balcón de los pueblos blancos-.
Configura mi signo, me brinda una estela
que aún no aprendí;
quizás como es tan efímera, no me deja tiempo
suficiente para aclimatarme a ella.
Todo lo demás es lento y desandado
como una torpe oruga:
primaveras de cartón, donde ni llueve ni nieva;
inviernos largos y fríos, -adornados con solano-.
-que admito por ser amigo del hortelano.
Sombras donde almuerzan los aceituneros,
ya que más que otoño es un verano;
donde caben chicharras que aún cantan:
todo lo demás es hartazgo,
salvo la inmaculada y pura nieve...
RAFAEL CHACÓN MARTEL
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