La mañana está dormida, dulce y bella
Como la mandarina en la rama del árbol
Y la flor...
Tiene adornada en la mejilla una rosa y un clavel
Y no cesa de orar el Padre Nuestro
Y su corazón lagrimea...
Y escribe en su alma: Y él está aquí presente...
Presente,... Solo, mira, la lejanía de la montaña
Y el sol de la tarde...
y la brisa de la manzana, de la manzana
y la nectarina...
Y no dice nada...
Solo, calla, entre las luces de la luna y las estrellas
De la noche azul. Y duerme, en velo de tul, en mi cuna...
Y el regazo de madre buena...
-¡Silencio,...!
-Por última vez tiene usted algo que alegar...
- ¡Yo, no puedo silenciar la voz del viento que murmulla
en la tarde...
Un paso, dos, tres... La silla, la venda y la soga...
- ¡Dios mío... Soy inocente de toda culpa... Suplico
Tu justicia...!
-¡Preparen, apunten, fuego! Y se va caminando
En el campo silvestre y el río... Y la brisa que le acaricia
La mejilla...
(Basado en un hecho real sobre el fusilamiento de Alfredo Jáuregui Rosquellas en 1927 en Bolivia)...
Manuel Ricardo Pizarro de los Santos
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