Despiertas a la noche,
Al suave adiós de la tarde,
Despiertas al amor etéreo
De nos, Amantes nocturnos.
El prodigio de tu mirada
Deja huella en mi alma,
En el tiempo donde los sueños
Se entregan a la calma,
Donde te busco y encuentro.
Sigues presente en mi,
En esta soledad
En que los astros
Se conjugan
Al pronunciar tu nombre.
Te encuentro en esta soledad
Donde tu ausencia
Se clava en mi carne,
Desgarrando la espera,
Donde las sombras
Olvidan el amanecer.
Llegas de nuevo a mi hogar,
Donde se paralizan
Los corazones palpitantes
Donde los días
Y las noches anteriores
Moran en esa casa
Donde los muertos
Añoran la presencia de sus vivos.
Y llegas tú, en esta soledad,
Despiertas y das paso
A una claridad
Que aturde al silencio,
Que lo despoja
De las sombres eternas.
Te encuentro en tu mirada,
Donde me das de beber
En el centro de tu cuerpo,
En la parte que me recuerda
El sabor del mar,
En tu vientre que me recuerda
Todo lo que fui,
Todo lo que ahora soy,
Todo lo que he sido.
Y de nuevo renaces
En mi cuerpo
Y en mis recuerdos,
cuando otra vez
Despiertas a la noche
Cobijada de mi amor eterno...
Felipe Alonso Pérez
No hay comentarios:
Publicar un comentario