viernes, 10 de mayo de 2013

MADRE


De ti, madre,
casi no puedo hablar,
siempre te encuentras
con el cuidado de estar a mi lado
y a la vez tan alejada.

Barreras generacionales
que nos distanciaron,
sistemas educativos del pasado
que lastimaron,
ya que no encajaron
en la realidad del alma.

Siendo conscientes
de lo mucho que nos hemos perdido
en este camino,
de orgullos vanos,
normas no comprendidas
sueños personales
que no se complementan,
logros no aceptados
por ser minimizados
ya que esperas
que los frutos traspasen
el infinito de tus sueños.

Pero de todo lo vivido,
no se puede negar lo querido
en el corazón protegido,
pues el amor que nos une
es inmenso para cubrir
y disipar en el tiempo
en las sombras del olvido,
todos aquellos momentos
de agravios inducidos.

En este camino
las dos hemos aprendido
que el perdón
ha de ir de la mano
para vivir en paz
y en completa tranquilidad.

Te quiero mucho
y tu lo sabes
brotando los sentimientos guardados
donde tu y yo nos amamos.

Si te elegí o te eligieron
como mi madre
que debías de prodigar
enseñanzas al caminar,
era necesario de aprender
para poder florecer
todo mi ser.

Este viaje contigo
se ha tornado inesperado,
lleno de situaciones complejas
pero en todas y cada una de ellas
lecciones he guardado.

El amor que siento por ti
se mantiene intacto,
aunque mi forma de ser
se ha transformado
pero siempre quiero que estés
a mi lado.

Sandra Méndez -Guatemala-

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