Observe tu silueta en la lejanía del bosque
Y tu macilenta cara…
se ocultaba en el perfil de las sinuosas sombras.
No querías reencontrarte con tus recuerdos
Y te vestiste de furor con el tupido follaje.
Languidece la tarde y se mueve danzando en el ocaso.
Y tu sigues ocultado en la espesura del bosque.
luciérnagas como centinelas te resguardan
Sus luces no apagan,
esperan que la noche despierte de sus sueños.
acariciando tu alma. Y para no te juzguen
simulas que a la naturaleza… mucho la amas
y como oseznos en sus cuevas, te escondes.
Te has vuelto hastío, eremita con nostalgias
Mueres lentamente sin esfuerzo
Tus amaneceres se hacen sombríos…
Te culpas por despreciar el amor y a tus padres
y no te perdonas.
Hijo...vuelve al nido como trashumante ave.
Vuélvete a nacer con la faz iluminada de la esperanza.
No te castigues más, el amor de Dios te espera
Ámate, y resurge como el ave fénix
Crema el dolor con olvido
Y plácete vivir como el loto
Con raíces en el fango, y al Cielo
Su exuberante flor al amor ofrendada.
Lesbia Gómez
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