Cuando soplas a muchos descompones.
Van de cabeza de un lado a otro
malhumorados, nerviosos, con dolor de cabeza.
Revuelves papeles y cimbreas árboles.
Todo lo agitas y lo llevas de aquí para allá.
Sin embargo te llevas la humedad
y en verano llenas la playa.
A mí cuando tú soplas me gusta
ver como juegas con la arena, con las olas,
con las ropas tendidas, con los papeles,
creando espirales móviles que se levantan
del suelo para volver caer
unos metros más allá.
Es un bello juego en el que tú mandas.
Los demás se dejan llevar.
Fuerte, desagradable, destructivo.
Acariciador, adorable, cálido.
Positivo pero aun tiempo negativo.
Alabado y también denostado.
A nadie dejas indiferente.
JOSÉ LUIS RUBIO
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