Bajo este azul, de oscuras golondrinas,
la muerte "está de -y en- cuerpo presente";
mas, cuando el aire mueve las cortinas,
¿quién es el muerto y quién es el doliente?
Ella salía a mí en las esquinas
con el rubor de un labio y de una fuente;
y, agua sus besos y su cuerpo harinas,
¡era el candor del pan recién caliente!
Su risa era el ombligo de esta plaza;
sus ojos verdes, un naranjo en flor,
¡y su pelo el aroma de un café!
Mas quién mirando ahora en esta taza
de oscuros posos y dudoso hervor,
¿sabría qué fue cierto y qué soñé?
Antonio Ramos -ESPAÑA-
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