Obcecado, sin cansarme, te busco sin encontrarte
extraviado en las insondables sombras del camino
cruel mi destino, extraño y sufro en esfuerzo vano
los susurros de tu boca de rosas, amarte y besarte.
Si pudiera hablar contigo en un recodo del camino
yerma mi vida tu ausencia destruyó en mil pedazos
se aquieta la vida en la luz de tus ojos, un remanso
entre tu callado silencio, y pedirte perdones tardíos.
Muero de amor, sufro en las llamas de mi infierno
añoro tus manos tibias como mariposas en la brisa
vivir amores rebosantes lleno de alegría y sonrisas
y te fuiste en silencio, y dejas mi vida un destierro.
Se ahoga mi vida en este día, pena grabada a fuego
fríos silencios, indiferencias de mis amores impíos
mi conciencia me castiga y condena en mis delirios
muero condenado, dolor de mis culpas sin remedio.
Y culpable de herirte tu amor, es mi cruel tormento
buscaré la dulzura de tu aliento y suave como brisa
entre un espejo de tu sombra, murmullos y sonrisas
y la esperanza de vivir contigo un nuevo encuentro.
Mi alma sin tu amor,
es sólo una sombra efímera.
Manuel F. Romero Mazziotti -Argentina-
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