sábado, 15 de junio de 2019

SIEMPRE DE TU MANO


Querido papá:

En el estadio más grande de la vida,
anoté, de tu mano, el más grande gol de la avenida.
Cuando niña me arropaste en la cuna,
y a la luz de las estrellas me llevabas a la luna,
con tu silbido y tus canciones de cuna.

Después al pasar el tiempo.

Sola siempre al final del arco iris,
añoraba tu sonrisa “embrujosa”,
y tomada de tu mano amorosa,
se gestaron en mi vida dos senderos.

El destino conspiró bajo la esfera,
que empapó mi senda de armonía,
en la fiel romanza,
de los altares de mi vida.

Aún siento la tibieza de tu mano,
y tu guía fulgurante en mi aurora,
y el suave melifluo de tu voz sobre mis ojos,
que te escuchan en el alular del viento.
Y mis manos aún te miran,
en la sonrisa del cielo.
Hasta siempre, querido papá...

Hortencia Aguilar Herrera -México-

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