Nunca pensé que aquella noche, llegaría a enamorarme de ti.
La última noche en un país extraño, siento que mi vida comienza otra vez
¿Será por tus pupilas, tu bello cuerpo de virgen morena, o tu piel de miel?
Te quedaste conmigo, hasta que el crepúsculo devoró la luz.
Tu voz música en mis oídos vibra y penetra mis sentidos en dulces latidos
allí donde se escucha al bello mar, entre amores descarriados y desatinos.
¡Eres tan bella! Y te di el primer beso, estrellado en tu boca de rosas.
En aquella noche nuestra nació el amor sin ligaduras a todos los destinos
me olvidé del tiempo, la luna, los vientos, y todos los caminos peregrinos.
Te miré a los ojos, y se llenaron de gotas como diamantes.
¿Por qué esperar la última noche de mi verano para decirme “te quiero”?
mi alma fue torbellino, mi corazón enloquecido de latidos que casi muero.
Y en ese dulce instante, mis otoños devoraron todas tus primaveras.
Acaricié la piel caoba de tus mejillas y soñando con una esperanza te besé
la luna fue más luna, las estrellas brillaron más al conjuro del sumo placer.
Y me sumergí en los espejismos de tu piel y tus pechos de pétalos.
Me entregaste tus labios y yo, me apropié de los horizontes de tu cuerpo
fue desnudar tu piel de miel como pétalos de brisa, de luceros y destellos.
Tu cuerpo de ensueño, se desnudó ante la luna y mis ojos.
Sólo tenemos esta noche para amarnos, déjame hacerlo perdida la razón
olvídate del tiempo y vivamos despojados, este sueño de nuestra pasión.
Y desperté, del letargo yaciente de olvidadas redenciones.
Para amarte nunca será tarde, mujer de mis amores y mis locos arrebatos
tu cuerpo celestial, se estrecha en el mío, en el más tierno de los abrazos.
Nunca jamás viví el amor en tamaña magnitud, de pasión y herejía.
Dame el ensueño de la luz de tu mirada y recíbeme mi esencia arrebatada
abandonado en la dulce lujuria del placer en tu boca de frutas, perfumada.
Insondables huellas de aromas y caricias, dejas en mi piel.
Tú, has libertado a mi vida del yugo despiadado del sin amor y las esperas
y no podré dejar de amarte y olvidarte devorando mi vida, tus primaveras.
Jamás olvidaré tu boca y tus labios, de pétalos de rosa roja.
Sin ti no me siento vivo, tú detienes para mí mi vida, todos mis momentos
Te dejo mi amor y llevo tu tristeza, pero con el olvido no podrá el tiempo.
Serás el más hermoso de los recuerdos.
Hasta la próxima vez.
Manuel F. Romero Mazziotti -Argentina-
No hay comentarios:
Publicar un comentario