TAL VEZ MAÑANA

Miradas penetrantes,
rompiendo el gélido invierno en la desnudez de una piel blanca;
marcada por el hastío de horas que no pasan, días muertos, noches apagadas.

Suspiros silenciosos, abrazan, anhelando un cuerpo cubierto por horas de soledad, y de pronto nos alcanza el miedo a perdernos, y no pasan las ganas de tenernos, y todo se vuelve niebla.

Labios, bebiendo el vino rojo del deseo, en cada encuentro, en cada sentimiento, aunando destellos, deteniendo el tiempo; un nudo en el pecho en cada despedida, en cada último aliento.

Hojas caídas en la incertidumbre, el palpitar de las caricias calladas, un suspiro y... Tal vez mañana.

Lola García