Se desvanece el modo de vida
pero no se desvanece el hombre.
Aunque la bruma de los tiempos
vaya extendiéndose por la faz de la Tierra.
Aunque se apague la consciencia.
Aunque se arrase a la tribu
y siembren de muerte los campos.
No se desvanece el espíritu.
Aunque los pastos se conviertan
en campos de cereales o torres de petróleo.
Aunque el río sea frontera
y los países divida.
El canto de la humanidad
no se desvanecerá en la tierra.
¿Puede el hombre vivir sin el aire?
¿Puede el hombre cantar
a otra cosa que no sea el amor?
¿Puede hallar respuestas
sin hacer las preguntas oportunas?
Las sombras pueden ocultar
la luz solo por un tiempo
pero ésta restalla en la oscuridad
y siembra semillas nuevas
para hacer brotar
nuevas formas de vida.
Y todo lo que se “desvanece”,
en realidad, se transforma.
ALFONSO BARO -Puerto Real-
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