domingo, 30 de diciembre de 2018

ALARGA


ALARGA la mano y surge
más allá del vacío
donde ya nada hay,
si se ausenta la luz
deja un oscuro
espacio donde se ahogan
de la mirada sus vestigios
todo queda al albur
caprichoso del azar,
lo inaudible se abalanza
sobre viejas sonoridades
que ahora en fuga
habrán de abandonar
el límite temporal
que imponen las tonalidades;
basta entonces un momento,
un instante apenas,
para que todo se quiebre
como rama batida por el viento
insaciable de una tormenta.
Tras sí queda el amargo
desasosiego, nada busca
entre tanta oscuridad
la desairada mirada
cuando un estéril fogonazo
conduce a un definitivo
extrañamiento de la realidad.

Leonilo Molina Ramírez

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