Cuenta hacia atrás y mira hacia adelante.
Deshaz el ovillo enmarañado de tus experiencias y teje la camisa de tus sueños con el hilo que sobra.
Olvida los recuerdos confusos y difusos que nublan tu visión y céntrate en convertir la rueda de molino destartalada del mundo en magníficos gigantes bicéfalos y hermosos.
Ríe
si hay que reír.
Llora
si hay que llorar.
Lucha por una integridad justa e infinita.
Se el bambú que resiste los envites del tornado.
Ama lo que todos repudian, desecha la palabra “envidia” de tu vocabulario, sustitúyela por “admiración” hacia la pureza de espíritu y el valor del que huye de la guerra entre humanos deshumanizados, permaneciendo de pie parando con su espalda las balas dialécticas del ignorante perdedor.
Rescata el valor de la veracidad, cuídala y báñala con el gel de tu energía vital, frótala con el cepillo de la entereza hasta que la costra de la inmunda mentira desaparezca por el desagüe de lo insano.
Nutre tu alma con las palabras de los sabios escondidos tras el tumulto de estúpidos entes con peinados engominados y piernas esbeltas.
Se libre.
Se agua.
Se fuego.
SE TÚ.
ÓSCAR GAVILÁN
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