lunes, 31 de diciembre de 2018

AVENTURERA


No podías estar a la espera,
eras una aventurera,
tampoco tenías embarcación,
pero tenías con el mar
una espina clavada en el corazón.

Cogiste una pequeña barca,
que te dejó una marca,
pues al intentar soltarla de un navío,
notaste un corte frío
que te rasgó la pierna
donde paraste en la caserna,
del que en la isla gobierna,
quedando arrestada,
por una situación mal dada.

Pero no eras fácil de coger,
eras difícil de preveer,
pues a cualquiera de tus movimientos,
tendrían que esta atentos,
pues con un zigzagueo,
rápidamente dirían, “ya no la veo”.

Estabas en busca y captura
por una simple ruptura,
de una situación dolorosa
que no te afectó para nada,
pues eras poderosa
y a la mar estabas destinada.

Cogiste esa pequeña embarcación,
sin que nadie lo notara tu ausencia,
no necesitabas tripulación
pues actuabas con consecuencia.

Llegarían puertos mayores,
embarcaciones con nombre,
tan solo esperar el instante
para coger el barco más relevante,
paro a la vez el más veloz,
pues eras joven, lista y precoz,
y no querías que te atraparan
y mucho menos, te bombardearan.

Ahora surcas mares,
en busca de lugares,
donde no arrecie el viento
pues fuerte, es un tormento,
para cualquier marinero,
por mucho que sea,
el mejor del mundo entero.

JAUME ALEGRE LASTERRA -Barcelona-

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