viernes, 28 de diciembre de 2018

SIN UN ADIÓS


Caen las brumas como esperábamos
después de tanto negarnos
a sentir lo que sentimos,
quizá, después de compartirnos,
después... quizá, de intercambiarnos
los papeles que teníamos asignados
aunque nunca los hubiéramos leído.

Te beso, aunque estés lejos
pues soy un loco sin complejos
si en tu pecho, no palpito
como tú palpitas en el mío,
he tirado el guión al suelo
ese que tan mal te ha descrito.

Pero ahora, tienes que marcharte
donde crees que no puedo alcanzarte,
lo malo, es que sí puedo
lo que no sé, es si lo quiero
ya que nunca me llamaste
pero soy tan tonto que te espero.

¡Qué bien sabes lo que siento!,
y por qué late mi pecho,
¡qué bien me la jugaste!,
pensé que querías aprovecharte
y aún así, me mostraste el cielo
en el que te dije que no creo
y después, tú renunciaste
por un amor que fue sincero,
y ahora que creo... no puedo,
tú no me abandonaste...
fui yo, quien te dejó ir tan lejos.

Luis Maria Saiz Laso

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