Como locas serpientes
y fieras desconocidas,
en la senda de vida
se acomoda la queja,
y las penas asidas
como fútiles rejas,
críticas y sarcasmos
de mala y ronca brecha,
motivos exprimidos
en inquietudes locas,
falacias empotradas
en mentiras ya huérfanas,
cenizas entre huellas
de marcas sin la senda,
silenciosos apegos
de falsa amistades,
falsos, acomodados amigos
de traiciones falaces,
el sendero se abre
se presenta en la vía,
en medio de sandeces
y amenazas henchidas,
traiciones y mentiras
atadas cual pecados,
absurdas vanidades
y orgullos pedantes,
como cerillos ciegos
en ambiente jovial,
disimulos forjados
en la navaja audaz,
apariencias vetustas
del amago morral,
mordaza y agresiones
de la vida al andar,
en el bazar amorfo
de la negra amistad.
José Vicente Castro Romero -Colombia-
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