Entre horas cautivas de pasos que no llegan,
infinitos delirios, amores que marchitos
se los llevó el tiempo, en silencios que hurtan
los sentimientos puros de virginales sueños.
Fue la noche de tu ausencia concierto de tristezas,
crepúsculo temprano perdido entre la bruma,
entre malos augurios de ocultos deseos
de acciones que matan, la inocencia del alma.
La noche de tu ausencia, tú nunca llegaste,
vacíos los caminos se quedaron en sombras,
las brisas se esfumaron al no rozar tus sienes
los astros se durmieron en lejano silencio.
Fue tan larga mi espera con una luz tan débil
que alumbró mi esperanza entre dudas que traen
los desdenes que fueron puñaladas certeras
en mi pecho que quiso abrigar tus memorias.
La noche de tu ausencia cómplice del silencio
de tus labios que un día prodigaron cariño
con sus cálidos besos y fingidas caricias,
en encuentros banales de esas horas fatales.
Raquel Alejo -Perú-
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