Alteraste mi mundo y tu presencia, se volvió sentido sin saberlo, de esos días de ayer muy poco queda.
Queda de ayer la memoria intacta, de amores que fueron y no son más, de colores alegres pintando mis razones, de anhelos que encendieron mi alma, de frases que alentaron fe.
Quedan mis ganas de apostarlo todo sin cartas marcadas, de luchar en tu mar embravecido, de tus días de te adoro que alimentaban esperanzas, de tus versos que tocaban mi alma.
Queda tanto amor perdido en tus batallas que no acaban, tantas líneas paralelas, tantas preguntas sin respuesta, la osadía de amarte y que no me amaras.
Quedan tus miedos y tus te quiero entre manos blancas, tu pensar ambiguo y manías claras colgadas en tu espalda, tus días de querer y tus noches fastidiadas, tus ojos dos luceros, que vestían mi alborada.
Queda de ti muy poco
y de mi, no queda nada...
Queda...
Diana Portillo -El Salvador-
No hay comentarios:
Publicar un comentario