Algo que después de sesenta años atrás,
cuando contaba con solo veinte hoy me
alienta, es el saber, que algunas de las
mujeres que intimidaron conmigo, y que
aun viven; me dicen que algo que no han
podido olvidar de mí, es esa resistencia
de gallo y mi sexualidad de cerdo, y sobre
todo; la grandeza y bondad, de mi corazón
de jumento.
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Cuando la existencia pierde su colorido,
los sueños se marchitan; cual las hojas
que caen al suelo, y sin estos: la
esperanza desaparece.
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Señor, gracias por el bienestar de cada
uno de los que pasan por mis letras,
bendícelos y llénalos de ventura, amen.
La parte negativa, de vivir la realidad,
es que ya no se tiene la posibilidad,
de sentir el encanto de los sueños.
JUAN REYES MEDINA
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