Se adivina el sufrimiento
en tu lánguida mirada.
Sé que estás enamorada
pues sientes lo que yo siento.
Si es tal tu padecimiento
que a veces ya casi estallas,
si libras fieras batallas
allá en tu fuero interior,
teniendo al frente mi amor
entonces ¿por qué te callas?
Eliseo Calvo
No hay comentarios:
Publicar un comentario