Quise encontrarte mirándote a los ojos
no pude adivinarte, me perdí en la oscuridad del vacío
no hallé una brizna de luz que me conduzca a tu alma
la ceguera de la indiferencia cortó mis alas,
y fui palpitar de esperanzas negándose al invierno
anhelando no saberte agonizante a los sueños que parimos
si el atardecer se hizo dueño de las ilusiones
recuéstate en mi querer, que duerman los miedos.
Si la duda paraliza las emociones, seré el tiento de tus pasos
solo avanzando podremos acercar el horizonte esperado,
si te quedas en la escarcha de yerros y angustias vanas
ya has alcanzado el averno, yo, tras de ti, me entrego.
No sufras por pesares, no sabes si verán la alborada
aférrate a mi paz, a mis venas, las tienes en tus manos,
¡hagamos este camino que unirá nuestras vidas sin temores!
Oscar A. Fernande Folguerá (Argentina)
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