Adiós en azul bajo el cielo donde la vida es plácida para quien puede y sabe hacerlo, en una sociedad donde todo es posible un trajín de vendo, compro te estafo.
Refugiado en un desencanto total para defenderme de esta España de sequía política y meteorológica a la que sumar nuestra invicta corrupción con más cara que espalda para evitar el trullo. He terminado de leer una novela negra exquisita, la primera que escribió el autor John Mac D. MacDonald dando vida a su Travis McGee protagonista utópico e investigador de oscuros casos-Corría el tiempo allá por el 1964 algo que significo agradecido acierto a situarlo en perenne actualidad como a un clásico de la novela negra que le pertenece a Libros de Asteroide por su contenido y amena narrativa que lleva y trae al lector por los callos de la Florida entre los que se encuentra esa obra maestra del cine con Bogart y la Flaca pareja de intérpretes arrolladores.
El título no puede ser más acariciador y poético, Adiós en azul bajo el cielo donde la vida es plácida para el que puede y sabe hacerlo en una sociedad donde todo es posible en el trajín de vendo te compro o te estafo, por el que transcurre esta novela negra de pura cepa, en la que las mujeres esbeltas no faltan alrededor del detective Travis McGee que disfruta los días y noches en el Busted Flush, un yate que ganó en una partida de póquer y que tiene amarrado en Lauderdale, Florida.
Es un tipo que no quiere ni oír hablar de tarjetas de crédito, planes de jubilación, partidos políticos, hipotecas ni televisión. Con lo cual cuenta con mi beneplácito y complicidad. Es un tipo que no altera su cómoda existencia solo cuando su cuenta corriente empieza a perder dígitos, alarma que le lleva a abordar uno de los casos que se le pueden presentar. En esta situación se encuentra cuando por pura atracción atiende la petición de Cathy, fémina tierna criatura de exquisita escultura, además de bailarina, machacada por su exnovio un tipo cruel llamado Junior Allen, siniestro elemento poseedor de una permanente sonrisa seductora con amplia cuenta en su haber como la reservada y elegante señora Lois Atkinson también víctima.
La historia y trama de Adiós en azul narrada en primera persona, nos lleva de la mano, calma y astucia, pasión por las mujeres, del detective Travis McGee exponiendo una escenificación de la América compuesta de una sociedad opulenta y devoradora con una amplia muestra de su propia diversidad y sus llagas interiores de las clases sociales, personajes hechos así mismo en na década expansionista y poderosa de la historia mundial, siendo protagonista principal en las grandes contiendas mundiales para ampliar sus mercados en Europa y alcanzar dominar oriente lejano, países como China, India o Birmania.
En ese agitado mundo coloca John D.MacDonald a dos de sus protagonistas más destacados, que prestan sus servicios como militares en el área del Transporte Aéreo, ahí será donde hagan sus trapicheos de compras y ventas ilegales con el oro que les proporcionará ir amasando una pequeña fortuna. No hay que olvidar que en estos años la sociedad norteamericana estaba inmersa en la guerra de Vietnam por lo que el asunto al que ha de enfrentarse el detective Travis McGe con la madre del cordero, en una dura lucha frente a un verdadero profesional de la trampa y el chantaje.
Libros de Asteroide, asegura que John D. McDonald es “considerado unánimemente como uno de los escritores norteamericanos de novela negra más importantes del pasado siglo”. La muestra ejemplar de Adiós en azul confirma esta firme apuesta por elevar a la altura que le corresponde en la lengua de Cervantes para aquellos que desean hallar en sus lecturas una crítica alejada de todo tipo de interés editorial, que en esta novela y las otras de novela negra cuya amenidad narrativa del autor ofrece una agradable satisfacción…
Francisco Vélez Nieto
Publicado en Sur de Córdoba
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