domingo, 29 de octubre de 2017

EN BUSCA DEL ROSTRO PERDIDO


Mi cada día es un deambular por esta casa.
Discurro en buscar y recoger migajas de lo que fui.
Paso de una habitación a otra para escuchar
lo que nunca he dicho, lo que nunca he pensado decir.
A cada paso tropiezo con esta memoria
que me tiende puentes pegados con babas.
Que me remiten a la fatiga de abrir y cerrar gavetas.
A empujar sombras impenetrables como murallas.
También encuentro las maletas que perdieron su destino.
Los papeles que barrunté en las mesas de los cafés,
en medio del jolgorio.
Todo ello está ajado junto a los pellejos que he mudado.
En este amanecer el viento ronca por los pasillos.
Me empuja al exterior y me indica que entregue las llaves.
Que me lleve todo el amor y los buenos momentos.
Que no vaya a olvidar allí, mi inocencia y mis culpas.

Jaime Arturo Martínez Salgado.

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